María A. Contreras G U.S.M Maestría en Ciencias de la Educación Sección B 24
Recuerdo que hace un buen tiempo leí una información parecida y la relacioné con un amigo de la infancia, al cual su madre lo colmaba de todo lo material que le fuera posible, convirtiéndose entonces en el niño privilegiado de la cuadra del barrio que siempre tenía los juguetes más costosos e innovadores, como también ropa y calzado; pero carecía de la parte afectiva y de una familia funcional, por supuesto llegó el momento que quiso tener más de lo que ya tenía y su madre no pudo cubrir esas nuevas añoranzas, esto lo conllevó a delinquir, a caer en drogas y por ende tuvo varias entradas a la cárcel y hoy en día está sumergido en el mundo de la indigencia. Le doy gracias a mis padres por darnos por darnos a mis hermanos y a mí lo necesario para vivir, en muchas ocasiones tuvimos carencia material pero nos enseñaron a luchar y sobre todo nos inculcaron con mucho amor “VALORES” como también la importancia que tiene la familia. Esta triste historia me ha ayudado a reflexionar en cuanto a la educación adecuada que debo impartir a mi hijo, he podido evidenciar que las cosas que se obtienen con esfuerzo y sacrificio propio, se valoran más que las que se obtienen de forma fácil. A mi amigo de la infancia espero que DIOS se apodere de él y pueda renovar su vida…
María A. Contreras G
ResponderEliminarU.S.M
Maestría en Ciencias de la Educación
Sección B 24
Recuerdo que hace un buen tiempo leí una información parecida y la relacioné con un amigo de la infancia, al cual su madre lo colmaba de todo lo material que le fuera posible, convirtiéndose entonces en el niño privilegiado de la cuadra del barrio que siempre tenía los juguetes más costosos e innovadores, como también ropa y calzado; pero carecía de la parte afectiva y de una familia funcional, por supuesto llegó el momento que quiso tener más de lo que ya tenía y su madre no pudo cubrir esas nuevas añoranzas, esto lo conllevó a delinquir, a caer en drogas y por ende tuvo varias entradas a la cárcel y hoy en día está sumergido en el mundo de la indigencia. Le doy gracias a mis padres por darnos por darnos a mis hermanos y a mí lo necesario para vivir, en muchas ocasiones tuvimos carencia material pero nos enseñaron a luchar y sobre todo nos inculcaron con mucho amor “VALORES” como también la importancia que tiene la familia. Esta triste historia me ha ayudado a reflexionar en cuanto a la educación adecuada que debo impartir a mi hijo, he podido evidenciar que las cosas que se obtienen con esfuerzo y sacrificio propio, se valoran más que las que se obtienen de forma fácil. A mi amigo de la infancia espero que DIOS se apodere de él y pueda renovar su vida…