Es la Unidad Sagrada. Un sistema humano para el crecimiento: biológico, fisiológico, psicológico, sociológico y espiritual. Lo de sagrada tiene que ver con la ecología humana –normas y pautas- que regulan los procesos y dictan el camino que hay que seguir para estar alineados con el universo entero. La familia es el punto de partida para el crecimiento en todas las dimensiones. Cuando las personas forman parte de ese sistema humano, desarrollan conciencia de sí y sentido de pertenencia, no como quien pertenece a un club o a un gremio profesional. Pertenecer es ser lo que efectivamente uno es, con conciencia, significado y dirección. En familia se crece y se vive de manera diferente. Familia es una experiencia única que no se puede sustituir con ninguna otra experiencia. Ser familia es mucho más ....
que tener un papá y una mamá. Y ser padre (papa-mamá) es mucho más que concebir, dar a luz y vestir y calzar a un hijo. Ser familia es una experiencia humana donde intervienen un papá, una mamá y unos hijos vinculados todos por un triángulo genético a través del cual el hijo se ubica, se identifica, se vincula y se desempeña. El triángulo define y vincula de manera que nadie quede a la deriva. Ser familia es la única verdadera condición para llegar a ser plenamente humano. Yo soy la experiencia de ser familia, donde aprendí el contacto, la presencia, la pasión por lo que soy y hago. La congruencia, y la claridad y los valores y las competencias y la calidad y la excelencia es lo que se aprende en el laboratorio de la familia cuando los padres son padres efectivos.
Cuando tienes familia lo tienes todo. Cuando no tienes familia, todo te falta. Puedes conseguir lo mismo pero el esfuerzo es mayor, la energía que necesitas termina siendo mayor y los resultados no están garantizados. La ignorancia sobre lo esencial nos ha llevado a vivir de fiado: creyendo que somos una cosa, para terminar siendo algo totalmente diferente. Tener un hijo no es como tener un gato o un perro, es la más bella experiencia humana donde todos, padres e hijos se interconectan de una forma profunda y casi mágica. Esa experiencia de ser familia se alimenta con el contacto y con el aprecio de unos con otros, un laboratorio donde todos aprenden a quererse y a querer, a ser personas efectivas y responsables.
“Lo pequeño es hermoso”, fue un hermoso libro escrito por Schumaker, un autor que nos dijo cosas hermosas sobre cosas que a veces dejamos de tomar en cuenta por nuestra obsesión por lo grande y lo llamativo. Y en este mundo supercomplicado, que va tan rápido que apenas nos damos cuenta que la vida pasa, necesitamos regresar a lo pequeño y hermoso y tomar conciencia que la familia es hermosa, que los triángulos, los vínculos de padres e hijos, el afecto, el cariño, el beso y la sonrisa son experiencias hermosas que nos hacen sentir verdaderamente humanos. Por eso a la familia le damos ese puesto preferencial como célula de la sociedad, como eje del crecimiento, como triángulo de poder.
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